Iglesia de la Encarnación de Montefrío, Granada
La cúpula que vigila los paisajes del Poniente Granadino
En el centro de Montefrío, pueblo blanco de Granada abrazado por montañas y olivares eternos, se alza la Iglesia de la Encarnación, como un eco de Roma incrustado en la piedra andaluza. Al llegar a la plaza principal de Montefrío, en pleno corazón del Poniente Granadino, la vista se eleva inevitablemente hacia la imponente silueta de la Iglesia de la Encarnación. Su cúpula domina el paisaje urbano con una elegancia serena, como si custodiara siglos de historia desde lo alto. Considerada una de las obras maestras del neoclasicismo español, esta iglesia es también uno de los máximos exponentes arquitectónicos de la Ilustración en Andalucía. Basta cruzar la plaza para sentirse diminuto frente a su silueta redonda y majestuosa, reflejo puro de los ideales neoclásicos de la Ilustración española.
Construida entre 1786 y 1802, su edificación fue posible gracias a los fondos de la Cuarta Decimal. El diseño se atribuye al célebre Ventura Rodríguez, aunque fue Domingo Lois de Monteagudo quien trazó las directrices iniciales. Tras su fallecimiento en 1785, la dirección técnica recayó en Francisco Aguado, pero fue el aparejador Francisco Quintillán, sobrino de Lois, quien asumió el verdadero liderazgo de la obra.
Diseño inspirado en el Panteón de Agripa
Inspirada en el Panteón de Agripa de Roma, la iglesia presenta una planta circular perfecta, flanqueada por dos cuerpos rectangulares: uno alberga el altar mayor, la sacristía y una sala auxiliar; el otro contiene la portada principal, con acceso al coro mediante escaleras laterales. Su bóveda, de 30 metros de altura, es una maravilla de la ingeniería: dentro de ella podría inscribirse una circunferencia de igual diámetro, lo que otorga al templo una acústica excepcional y una sensación de amplitud casi celestial.

Material y proporciones
El edificio está construido con piedra de sillería extraída de canteras locales. Se eleva hasta los 15 metros en su cuerpo principal, coronado por una cornisa con balconada, y otros 15 metros hasta lo más alto de la cúpula. Desde el coro, una pasarela superior permite apreciar ésta estructura desde otra perspectiva.
Un interior sobrio y elegante
Aunque de decoración sencilla, la iglesia alberga capillas, nichos que se alternan con retablos y esculturas. Entre sus tesoros, destaca la imagen de la Virgen de los Remedios que sostiene al Niño con el brazo derecho, una curiosa excepción a la iconografía tradicional.
El altar mayor alberga un tabernáculo diseñado por Francisco Aguado, y sobre las entradas a la sacristía y su sala gemela se abren dos balcones que aportan dinamismo visual. Desde el coro se accede a la pasarela superior, justo donde comienza la majestuosa bóveda.
Más allá de “La Redonda”
En su conjunto, La Iglesia de la Encarnación, La Redonda, está considerado uno de los mejores edificios de la Ilustración española, un símbolo de la transformación cultural que trajo consigo este movimiento intelectual y cultural del siglo XVIII que buscaba transformar la sociedad a través del uso de la razón, la ciencia y la educación.
Vale la pena ir hasta Montefrío sólo para ver esta iglesia, pero lo mejor es que hay muchas más cosas interesantes que ver allí, como el Conjunto Monumental de la Iglesia de la Villa, que contiene la Fortaleza Árabe, la Iglesia de la Villa y el Cementerio Viejo, entre otros monumentos, con unas vistas que han sido reconocidas por National Geographic como “una de las diez mejores panorámicas del mundo”.